Necesidad de una mejora en la eficiencia energética

El año 2020 se acaba en pocos días y es hora de echar la vista atrás (sin perder de vista el futuro que queremos) y realizar una evaluación de nuestras acciones. ¿Qué hemos hecho bien y qué ha sido insuficiente? ¿Hemos cumplido nuestros objetivos? ¿Aprenderemos de nuestros errores?

Si nos remontamos al año 1997, durante este año ocurrió un hecho histórico: la firma del protocolo de Kioto. Parecía que había una iniciativa global para poder estabilizar e incluso disminuir el cambio climático antropogénico.

Desde la Unión Europea, se han llevado a cabo diversas directivas y normativas, con el fin de poder conseguir 3 objetivos, establecidos en el famoso plan 20/20/20 y para alcanzar en el año 2020:

  • Reducir las emisiones totales de gases de efecto invernadero en 2020, al menos en un 20%, respecto de los niveles de 1990, y en un 30% si otros países desarrollados se comprometen a reducciones de emisiones equivalentes y los países en desarrollo contribuyen adecuadamente en función de sus posibilidades.
  •  Ahorro del 20% del consumo energético respecto a las previsiones realizadas mediante una mayor eficiencia energética.
  • Alcanzar al menos una cuota del 20% de energías renovables sobre la producción energética total.

Sin embargo, no todos los países se encontraban en las mismas condiciones para realizar las inversiones necesarias. Por lo tanto, se llevó a cabo la Decisión de Reparto del Esfuerzo (DRE), que establece objetivos nacionales para cada país para las emisiones de 2020 respecto a los niveles de 2005, basándose en la riqueza relativa de los estados miembros. 

Los países menos ricos asumen objetivos menos ambiciosos porque es probable que su crecimiento económico, relativamente superior, produzca emisiones más importantes y que sus capacidades de inversión sean relativamente menores.

Teniendo todo esto en cuenta es hora de pasar a analizar si hemos sido capaces de alcanzar los objetivos 2020. Actualmente se disponen de los datos hasta 2018 y previsiones de 2019. Además debemos de tener en cuenta que los datos de 2020 no serán muy representativos, debido a la pandemia mundial del SARS-CoV-2.

Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero

A continuación se muestra un gráfico que representa las reducciones de emisiones de cada país miembro en 2018 y las previsiones de 2019, junto con los objetivos marcados por la DRE:

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Figura 1. Progresión de los países miembros de la Unión Europea respecto a los objetivos 2020 marcados por la DRE. Fuente: “Trends and projections in Europe 2020” EEA Report No 13/2020

Se puede observar como una gran mayoría de países han alcanzado, o están a punto de alcanzar los objetivos 2020 propuestos, (entre ellos España con una reducción del 15,6% de emisiones respecto a 2015, cuando su objetivo era del 10%).

Si miramos el balance global en la siguiente gráfica, se podrá observar que se ha conseguido en 2018 una reducción de emisiones del 24% respecto a los niveles de 2005, cuando el objetivo era de un 20%:

Objetivos 2020 Unión Europea

Figura 2. Objetivos de emisiones de gases de efecto invernadero, tendencias y proyecciones de los estados miembros de la Unión Europea. Fuente: “Trends and projections in Europe 2020” EEA Report No 13/2020

Por lo tanto, podemos decir que sí, que vamos a ser capaces de alcanzar nuestros objetivos internos en 2020. Sin embargo, es demasiado pronto para celebraciones, ya que nuestro objetivo final es la descarbonización en 2050 y tenemos que analizar otros dos aspectos que nos ayudarán a determinar si vamos en la buena dirección para conseguirlo: la cuota de energías renovables y la eficiencia energética.

Cuota de energías renovables

En el siguiente gráfico, podemos observar el porcentaje de energías renovables respecto a la producción energética total de cada país miembro:

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Figura 3. Porcentaje de energías renovables en relación a las trayectorias marcadas en la DRE. Fuente: “Trends and projections in Europe 2020” EEA Report No 13/2020

En este caso, observamos que la mayoría de países han cumplido los objetivos indicativos en 2017/2018, a excepción de Francia, Irlanda, Polonia, Países Bajos y Eslovenia, mientras que 13 países ya han alcanzado sus objetivos para 2020. En el caso de España, ha cumplido los objetivos indicativos de 2017/2018 de la DRE con un 17,7% de cuota de renovables, pero aún no ha cumplido el objetivo final de 2020 (20% para España según la DRE).

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Figura 4. Porcentaje de energías renovables en relación a las trayectorias marcadas en la DRE. Fuente: “Trends and projections in Europe 2020” EEA Report No 13/2020

Las proyecciones realizadas estiman un 19,5 % de cuota de energías renovables en 2019. Si se sigue la tendencia, es muy posible que alcancemos el objetivo del 20% para 2020.

Eficiencia energética

La eficiencia energética es normalmente la gran desconocida y olvidada, definiéndose de forma bastante simple con el concepto de “consumir menos, con la misma calidad”. Es decir, debemos reducir la cantidad de energía que necesitamos para poder crear nuestros productos y servicios, sin perder la calidad de los mismos. Esto se tiene que lograr con una mayor eficiencia de las tecnologías y los procesos, para poder minimizar la cantidad de energía a emplear en ellos.

Antes de nada, hay que indicar que el objetivo en 2020 era una reducción del 20% de la energía consumida, ya sea en términos de energía final o energía primaria, de las proyecciones realizadas por la Comisión Europea en 2007. En términos equivalentes, esto significa una reducción del 13,8 % de la energía primaria consumida y de un 9% de la energía primaria consumida, respecto a los niveles de 2005. Aunque estos valores se calcularon incluyendo a Reino Unido en el cómputo global.

Bajo la directiva de eficiencia energética 2012/27/EU cada país estableció sus propios objetivos no vinculantes de eficiencia energética en 2020, estableciendo una trayectoria lineal entre los consumos de 2005 y 2020.

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Figura 5. Energía primaria y final de los países miembros de la Unión Europea en el período 2005-2019, y los objetivos en 2020, 2030 y 2050 para alcanzar la neutralidad en carbono. Fuente: “Trends and projections in Europe 2020” EEA Report No 13/2020.

Como se observa en el gráfico, en el 2018 la EU se encontraba por encima de la trayectoria lineal, por encima del objetivo marcado, tras una tendencia en anteriores años a situarse por debajo de dicha línea. Sin embargo, la desviación no es muy grande y todo apunta que alcanzaremos o nos quedaremos muy cerca de alcanzar el objetivo en 2020.

Figura 6. Consumo de energía final y trayectoria lineal de los niveles a alcanzar en 2018,2019 y 2020. Fuente: “Trends and projections in Europe 2020” EEA Report No 13/2020.

Sin embargo, la mayoría de los países no han conseguido alcanzar sus objetivos propuestos. Este último gráfico desentona con los anteriores, ya que se observa una gran cantidad de países que no han sido capaces de cumplir sus objetivos, y varios se han quedado muy lejos de cumplirlo. Incluso algunos han aumentado el consumo cuando tenían un objetivo de reducirlo. España estaba cumpliéndolo en 2018, pero debido al aumento del consumo en los últimos años, las estimaciones indican que se quedará algo lejos del objetivo en 2020.

Conclusiones

Tras analizar todos estos datos, podemos llegar a la conclusión de que la mayoría de los países de la Unión Europea están intentando cumplir sus objetivos de reducción de emisiones, con unos resultados favorables en la consecución de objetivos.

Sin embargo, no hay que olvidar que en esta carrera de fondo, la meta final es la descarbonización de Europa en 2050, y la Comisión Europea ha insistido en que es necesario aumentar estos esfuerzos para alcanzar dicho objetivo.

Además, pone de manifiesto que mientras la mayoría de países han llevado a cabo un aumento de las energías renovables, aún se descuida la eficiencia energética. Debemos tener en cuenta que este 2020 muchos países están tirando del carro inicialmente, compensando las carencia de otros a los que se les permitió un menor compromiso en la reducción de emisiones para que pudieran crecer económicamente. Pero para el objetivo final, será necesario una colaboración conjunta de todos.

Parece que las energías renovables son imparables y cada vez más rentables económicamente (algunas incluso sin la ayuda de subvenciones).

Pero esto no nos debe hacer olvidar la eficiencia energética. No es necesario consumir más energía si somos más eficientes, incluso aunque esa energía provenga de fuentes renovables. Si descuidamos este aspecto demasiado, debemos estar seguros de que no se cumplirán los objetivos.

El futuro es incierto, pero nosotros somos los responsables de crearlo a través de las acciones de hoy. Nos queda un largo camino por recorrer y estas décadas serán decisivas para enfrentarnos a uno de los mayores retos mundiales a los que nos hemos enfrentado. De momento vamos por el buen camino, lo cual nos deja suficiente optimismo para poder avanzar todos juntos hacia un futuro mejor.